La agroecología sustituye el uso de
químicos con un entendimiento profundo de los ciclos de la naturaleza. Apartado
de fórmulas de resultados rápidos e indicadores de productividad, la
agrotecnología pone su énfasis en la salud del suelo, de los agricultores y de
los consumidores. Pero la agrotecnología es más que conocimiento ancestral,
pues incorpora a su contingente de técnicas, métodos biológicos de vanguardia. (Aguirre, 2014)
La agroecología se define como
el manejo ecológico del ecosistema, presentando alternativas a la actual crisis
de modernidad, con propuestas de desarrollo participativo. (Toledo, 1990)
Desde los ámbitos de la producción y la
circulación alternativa de sus productos, pretendiendo establecer formas de
producción y consumo que contribuyan a encarar la crisis ecológica y social,
para restaurar el curso alterado de la coevolución social y ecológica y
enfrentarse al neoliberalismo y la globalización económica. (Sevilla, E., & Woodgate, 1997)
La base epistemológica de
la agroecología la constituye el concepto de coevolución entre los
sistemas sociales y ecológicos. Desde esta perspectiva, la producción agraria
es ante todo el resultado de las presiones socioeconómicas que realiza la
sociedad sobre los agroecosistemas en el tiempo.
La agroecología como enfoque
ecológico del proceso agrícola, abarca los aspectos de la producción de
alimentos; y toma en cuenta los aspectos culturales, sociales y económicos, que
se relacionan e influyen en la producción.
La agroecología permite ver la
relación holística, sistémica y entrópica, que define, clasifica y estudia los
sistemas agrícolas desde una perspectiva étnica, agroecológica, sociocultural.
Su objetivo es proporcionar una base ecológica racional para el manejo del agroecosistema,
a través de tecnologías de producción estables y de alta adaptabilidad
ambiental y social, con técnicas naturales. (Sevilla, 1995)
La agroecología se define como
aquel enfoque teórico y metodológico que, utilizando varias disciplinas
científicas, pretende estudiar la actividad agraria desde una perspectiva
ecológica. (Altieri, 1999)
A finales de los años setenta, surge la agroecología como
respuesta a las primeras manifestaciones de la crisis ecológica en el agro. El
carácter positivista, parcelario y excluyente del conocimiento científico
moderno marginó las formas en que tales experiencias se habían formulado y
codificado para su conservación. Por tanto, el conocimiento pasado de la
humanidad e incluso, en los pueblos marginados por la civilización industrial,
podían encontrarse muchas experiencias útiles para hacer frente a los retos del
presente, constituyó una de las bases profundas de la ciencia establecida, de
un enfoque más integral de los procesos agrarios agroecológicos.
La agroecología desafía los
paradigmas de la ciencia convencional en tres dimensiones:
1.
Reconocimiento de otras formas de conocimiento
ecológico no convencional.
2.
Plantea la ventaja ecológica del productor
tradicional, sobre los modernos.
3.
Durante la investigación realiza una confluencia
heterodoxa entre hecho y valor.
La agroecología no es una
disciplina cerrada, ella crece por los aportes, interacción y evolución con
otras disciplinas, incorporando todo lo positivo que sea necesario para
contribuir a un desarrollo rural sustentable integral.
La agroecología tiene sus
bases en las ciencias agrícolas, ecología tropical, en el movimiento ambiental,
en el análisis de agroecosistemas tradicionales, en estudios sobre el
desarrollo rural, en la sociología y antropología y han influido en su
concepción y desarrollo, la sociología, etnología, los estudios campesinos, el
ambientalismo, la economía ecológica y ecología política. Estas disciplinas
descubren la racionalidad del sistema tradicional, la importancia que tiene la
organización social y sus relaciones de producción en el proceso productivo,
que se consideran con similar importancia, como el ambiente y los cultivos. (Conklin, 1979)
El ¿por qué? esta herencia tiene poca
importancia en la ciencia agronómica moderna, refleja prejuicios e intereses
perversos, que algunos investigadores tratan de superar. La artificialización
del agroecosistema es el resultado de una coevolución, en el sentido de
evolución integrada, entre cultura y ambiente. (Molina, E. Sevilla & M. Gonzales de, 1993)
La agroecología clasifica y
estudia los sistemas agrícolas desde una perspectiva agronómica, ecológica y
socioeconómica, es la base científica de la agricultura sustentable, pues
brinda conceptos y principios ecológicos para analizar, diseñar, administrar y
conservar recursos de sistemas agrícolas. (Rosset, 1999)
Como ciencia,
la agroecología no es neutral, ella surge y evoluciona con el
propósito de buscar soluciones técnico-sociales al desarrollo de los sectores
pobres y marginados en los países pobres e inclusive en los ricos, pero sus
principios son aplicables a cualquier tipo de explotación agraria, sobre todo
aquellas que sufren degradación por el uso de tecnologías agroindustriales, que
contaminan el ambiente y los alimentos.
Así, la agroecología se
convierte en una disciplina crítica, subversiva contra el statu quo y promueve
un compromiso con el ambiente natural y la sociedad en general.
La agroecología integra
saberes tradicionales con el conocimiento técnico moderno para obtener métodos
de producción que respeten el ambiente y la sociedad, de modo de alcanzar no
sólo metas productivas, sino también la igualdad social y la sustentabilidad
ecológica del agroecosistema.
A diferencia del enfoque agronómico
agroindustrial, basado en la difusión de paquetes uniformes de tecnologías, con
énfasis mercantiles; la agroecología se centra en principios
vitales como la biodiversidad, el reciclaje de nutrientes, la sinergia e
interacción entre los diversos cultivos, animales y suelo; además de la
regeneración y conservación de los ecosistemas. Este enfoque parte de las
técnicas y posibilidades locales, adaptándolas a sus condiciones agroecológicas
y socio-económicas.
La implementación de estos principios
agroecológicos en el contexto de una estrategia de desarrollo favorable a
los sectores pobres, dedicada a los productores agrícolas de las regiones
pauperizadas, es esencial para conseguir sistemas saludables, equitativos,
sustentables y productivos. (Altieri,
1999)
La agroecología plantea
que un campo de cultivo es un agroecosistema, donde se dan los procesos
ecológicos que ocurren en otras formaciones vegetales, como ciclos de
nutrientes, interacción de depredador-presa, competencia, comensalía y cambios
sucesionales. La agroecología se centra en las relaciones ecológicas
en el campo y su propósito enfatiza en la forma, la dinámica y las funciones de
esta relación. Considera el predio agrícola, como un agroecosistema y formaliza
el análisis del conjunto de procesos e interacciones que intervienen en un
sistema de cultivos. (Gliessman, 2002)
La agroecología propone un
modelo agrario alternativo de naturaleza ecológica, que genere esquemas de
desarrollo sustentable, utilizando como elemento central el conocimiento local.
Por eso, es de suma importancia para los movimientos sociales comprometidos con
el desarrollo; pues en él, encuentran las bases tecnológicas-sociales que les
permite diseñar estrategias de acción para el desarrollo.
La agroecología reivindica la
necesaria unidad de las distintas ciencias naturales entre sí y con las
ciencias sociales para comprender las interacciones existentes entre
procesos agronómicos, económicos y sociales; reivindica la
vinculación esencial que existe entre el suelo, la planta, el animal y el ser
humano.
La agroecología al utilizar el
concepto de ecosistema como unidad de análisis, alude a la
articulación que en ellos presentan los seres humanos con la naturaleza: agua,
suelo, energía solar, especies vegetales y las especies animales. La estructura
interna de los agroecosistemas resulta ser una construcción social,
producto de la coevolución de los seres humanos con la naturaleza. (Sevilla, E., & Woodgate, 1997)
Todo ecosistema es un conjunto en el que los
organismos, los flujos energéticos, los flujos biogeoquímicos se hallan en
equilibrio inestable; son entidades capaces de automantenerse, autorregularse y
autorrepararse independientemente de las sociedades y bajo principios naturales.
La orientación sustentable o insustentable depende de cómo los seres humanos
aborden los flujos de energía y materiales que caracterizan a cada
agroecosistema.
Las sociedades humanas producen y
reproducen sus condiciones de existencia a partir de su relación con la
naturaleza. Esta relación podría descomponerse en el conjunto de acciones,
cuando los seres humanos se apropian, producen, circulan, transforman, consumen
y excretan materiales y/o energía provenientes del mundo natural.
Esa intervención en el mundo natural se
hace posible mediante la apropiación del agroecosistema, concepto que alude a
la unidad básica organizada de la naturaleza.
La agroecología provee las
bases para el mantenimiento de la biodiversidad de la agricultura y esta es la
manera de alcanzar una producción sustentable; desde este planteamiento
agroecológico, la evaluación del comportamiento viable de un
agroecosistema se realiza tomando en cuenta las
siguientes propiedades:
Sustentabilidad: es
la habilidad de un agroecosistema para mantener su producción, en el tiempo,
frente a cambios externos, considerando las limitaciones ambientales, la
capacidad de carga del mismo y presiones socioeconómicas.
Equidad: medida
de cuán equitativa es la distribución de los productos y ganancias que genera
el agroecosistema. La manera de distribuir la productividad de un sistema entre
sus beneficiarios humanos, es eliminar la pobreza, la miseria.
Estabilidad: es
una medida de la producción bajo un conjunto de condiciones agroambientales y
socioeconómicas. Es la constancia de la producción bajo condiciones económicas,
ambientales y de gestión cambiantes.
Productividad: mide
la tasa y cantidad de producción por unidad de tierra o inversión. En términos
ecológicos, la producción se refiere a la cantidad de rendimiento o
producto final y la productividad es el proceso para alcanzar dicho
producto final. Para medirla se utilizan unidades físicas, en tiempo y
espacio, su maximización tiene que ver con el uso de nuevos insumos de
proceso (rotación), y no de insumos de producto (agroquímicos).
Autonomía: es la
capacidad interna para suministrar los flujos necesarios para la producción,
tiene que ver con el grado de integración de los componentes de los
agroecosistemas al ambiente externo, estas propiedades son interdependientes,
pero a la vez existen incompatibilidades entre ellas.
La agroecología, como ciencia
permite comprender el funcionamiento del agroecosistema y elementos que los
componen por sus principios y causas, se distinguen por oponerse al atomismo,
mecanicismo, universalismo, objetivismo, monismo, premisas de la ciencia
moderna; mediante una visión holística, determinística y evolutiva,
contextualizada, subjetivista y pluralista. (Norgaard, 1991)
El principio agroecológico es la
diversidad ecológica, la rotación e intercalado de cultivos y el reciclaje de
nutrientes con la integración de animales. El desarrollo de
la agroecología es un principio ambiental simple, que regenera los
recursos agrícolas y rescata el conocimiento local sobre el ambiente.
No se trata de rechazar lo externo
(capital, tecnología); sino, que la base es lo endógeno, que adapta lo
externo mediante su lógica agroecológica de funcionamiento. O sea, lo externo
pasa a incorporarse a lo endógeno, cuando tal asimilación respeta la identidad
local y la autodefinición de calidad de vida. Solo cuando lo externo no agrede
a las identidades locales, se produce tal forma de asimilación. De ahí,
que la agroecología enfatiza en lo interno, para potenciar el
uso óptimo del ecosistema y mejorar el nivel de vida en las áreas rurales,
garantizando la biodiversidad, la conservación, empleando para ello tecnologías
respetuosas con el medio, con la participación local y colectiva.
ESTRATEGIA
MÚLTIPLE DE LA AGROECOLOGÍA
El objetivo de
la agroecología es generar una alternativa de desarrollo
socio-económico, en base al rescate de viejas prácticas de producción agrícola
de subsistencia, que contribuyan a disminuir los problemas sociales en el agro
y elevar el nivel de vida rural; y buscar alternativas al desarrollo social y
ambiental racionalmente.
Esta forma de producción permite
reproducir y regenerar la naturaleza (flora y fauna), no agrava los problemas
sociales, ni contamina el ambiente natural. Su importancia radica en que la
riqueza de esa producción cubre necesidades básicas.
La agroecología aumenta la
variedad de cultivos, minimiza riesgos y mejora la producción de alimentos
básicos, mejora la base del agroecosistema y la conservación del agua, suelo,
controla la erosión y reforestación; es económicamente viable por minimizar los
costos de producción, al aumentar el uso eficiente de los recursos disponibles
y evitar la irracionalidad en su uso, con conciencia ecológica.
La agroecología ha surgido
como un enfoque nuevo al desarrollo agrícola, más sensible a las complejidades
de las agriculturas locales, que se propone ampliar los objetivos agrícolas
para abarcar propiedades de la sustentabilidad, como la seguridad alimentaria,
estabilidad biológica, la conservación de los recursos y la equidad. A
diferencia de la agronomía convencional, la agroecología ve el
proceso agrícola como un sistema integrado, su finalidad no es solo incrementar
la productividad de uno de los componentes; sino de optimizar el sistema como
un todo y mantener la sustentabilidad ecológica, económica y socio-cultural en
el tiempo y espacio. (Altieri,
1999)
Este enfoque integra, optimiza y
operativiza la producción del agroecosistema en tres dimensiones
sustentables:
Social: necesidad
de mantener niveles óptimos de bienestar (presentes y futuros), mediante la
autosuficiencia alimentaria, satisfacción de necesidades locales (salud,
vivienda, educación), independencia y autonomía, desarrollo endógeno y de
pequeñas unidades, participación y toma de decisión.
Económica: uso
eficiente de bienes, servicios (producción) y distribución equitativa, sin
dañar la renovación, reproducción y distribución del agroecosistema; respetando
la capacidad de carga del límite biofísico (rendimiento sustentable),
dependencia del agroecosistema local (uso de recursos) y consumo (generación de
desechos), viabilidad económica y equidad.
Ambiental: la
extracción de materiales, energía y servicios del agroecosistema requiere de
formas ecológicas de apropiación sustentable, donde la tasa de apropiación no
sobrepase la capacidad de regeneración del ecosistema apropiado (estabilidad,
funciones agroecosistémicas, biodiversidad). Su estrategia es sistémica al
considerar la finca, la organización comunitaria y la sociedad rural,
articulados en torno a la dimensión local, donde se encuentran los sistemas de
conocimiento (local, tradicional) portadores del potencial endógeno que
permiten potenciar la biodiversidad ecológica y sociocultural.
ATRIBUTOS
DEL MODO AGRARIO TRADICIONAL Y MODO AGROINDUSTRIAL
Los modos de apropiación del
agroecosistema, producto de la interacción histórica entre un determinado grupo
social y su entorno ambiental, en el tiempo y espacio, suponen la generación de
una identidad cultural que incorpora en el análisis, la diversidad de los distintos
agroecosistemas.
Así hoy día, situados como dos modos
radicalmente diferentes de concebir, manejar y utilizar la naturaleza, el modo
agrario tradicional y el modo agroindustrial conforman dos racionalidades
productivas y ecológicas distintas de manejo y apropiación y producción del
ecosistema, en el mundo contemporáneo. Se trata de dos modos no solo con
diferentes rasgos, sino con distintos orígenes históricos: el modo agrario
tradicional encuentra sus raíces en los orígenes mismos de la especie humana y
en el proceso de coevolución que tuvo lugar entre la sociedad humana y la
naturaleza y el agroindustrial, que es una propuesta urbano-industrial,
diseñada para generar alimentos, materias primas y energías requeridas para los
enclaves no rurales del planeta.
El factor clave que dio lugar a la
transformación de lo tradicional a lo agroindustrial, fue un cambio nuevo de
uso en las fuentes de energía (carbón, petróleo, gas), que potenció la
capacidad del productor para extraer un flujo mayor de bienes de la naturaleza,
logrando un incremento en la productividad del trabajo. Modificó la escala de
la producción, especializó a los productores y aumentó su dependencia de los
insumos externos y garantizó el abasto de alimentos, materias primas, agua,
energía y materiales hacia las ciudades y promovió el despegue y consolidación
de la industria. La distinción de estos dos modos contrastantes, de manejo del
agroecosistema, se logran mediante diversos criterios básicos de carácter
ecológico, energético, económico, agrario, cognitivo y cultural, que conforman
nueve atributos descritos. (Toledo, 1990)
AGROECOLOGÍA:
VENTAJAS, OBSTÁCULOS Y PERSPECTIVAS
Las evaluaciones cualitativas muestran
que los esquemas agroecológicos, son de gran beneficio para las poblaciones
locales, dado que la calidad de la producción de alimento ha aumentado, el
agroecosistema ha mejorado, regenerado y se emplean con más eficiencia. Todo en
medio de obstáculos estructurales (políticas de acceso al agroecosistema:
tierra, agua), institucionales (capital, crédito, asistencia técnica, uso de
agroquímicos) que se manifiestan en contra de la producción tradicional y los
factores de mercado, que favorecen al sector agrícola empresarial, que limita
las oportunidades para que la estrategia agroecológica sea adoptada. Los
desafíos actuales de la agricultura han evolucionado de lo técnico a los más
económicos y ambientales. Donde la lucha contra el hambre, se integra el manejo
ecológico del agroecosistema y la transformación de la comunidad, en ser
protagonistas de su propio desarrollo. (Martinez, 1995)
El desarrollo agroecológico indica que
las tecnologías propuestas son productivas y sustentadoras ecológica,
socio-económicamente apropiadas y culturalmente compatibles. Tiene una alta
productividad energética, de capital, mano de obra invertida en el proceso de
producción y es por eso que es más sustentable. En ambientes marginales
(laderas, montañas) la productividad del sistema agroecológico, en contraste
con la moderna tecnología agrícola, mejora más la base de recursos, además del
bienestar nutricional y económico de las comunidades locales, rurales.
Ello demuestra que las técnicas
agroecológicas son más apropiadas y se adaptan mejor que las agroindustriales,
allá donde el agroecosistema y recursos socioeconómicos son marginales. Pues,
entre más pobre sea el agricultor, más importante son los métodos de bajos
insumos, dado que estos agricultores tienen pocas opciones, excepto el uso de
sus propios recursos. Esta brecha no existiría si los métodos de bajos insumos
fueran subsidiados por el Estado, como sucede con la tecnología de altos
insumos. La agroecología valora los bienes que poseen los pequeños
productores, como el conocimiento local y el bajo costo que tiene la mano de
obra, reduce las desigualdades y mejora la sustentabilidad ecológica,
sobresaliendo:
Reproducción de la familia y
regeneración de la base de los recursos agrícolas, proporcionan una comprensión
de predios pequeños. Esta metodología permite el desarrollo de tecnologías,
hechas a las necesidades de las comunidades rurales. Tecnología agrícola
regenerativa de bajos insumos, socialmente activada que requieren de un alto
nivel de participación popular.
Nuevo enfoque al desarrollo agrícola,
más sensible y práctico a las agriculturas locales, culturalmente más
compatibles, basado en el conocimiento tradicional combinado con ciencia
moderna. Técnicas ecológicamente sanas, porque no degradan el ecosistema
rural, identificación de elementos de manejo racional, que elevan la
producción. Económicamente viable por minimizar los costos de producción,
al aumentar la eficiencia de usos de los recursos localmente disponibles.
·
Mejora en la producción de alimentos básicos.
·
Rescata el conocimiento y tecnología local, con
educación de sistemas alternativos.
·
Manejo eficiente de recursos locales y
autóctonos.
·
Aumenta la diversidad y variedad de animales y
cultivos, minimizando sus riesgos.
·
Mejora la base agroecosistémica: conservación
del agua y suelo, control de erosión, reforestación.
·
Disminuye el uso de insumos externos, reduce la
dependencia y mantiene los rendimientos con tecnología agrícola apropiada
rural.
·
Evita el abuso del agroecosistema, con
conciencia ecológica regional.
·
Estimula la soberanía autoalimentaria.
El desarrollo rural agroecológico se
basa en el descubrimiento, sistematización, análisis y potenciación de
resistencias locales al proceso de modernización agroindustrial, para diseñar,
en forma participativa, esquemas de desarrollo, desde la propia identidad local
del agroecosistema concreto. El diseño de un modelo agrario
alternativo de naturaleza ecológica constituye el elemento, donde se
pretende generar esquemas de desarrollo sustentable, utilizando como elemento
central el conocimiento regional histórico, que este ha generado en los
agroecosistemas, produciendo arreglos y soluciones tecnológicas específicas,
desde lo endógeno.
Lo más relevante de lo local,
constituyen los mecanismos de reproducción y relaciones sociales que de ellas
surgen. Es en los procesos de trabajo e instituciones sociales generadas en
torno a ellos, donde aparece la dimensión endógena. Lo que pretende
la agroecología es activar ese potencial endógeno, generando procesos
que den lugar a nuevas respuestas y haga surgir las viejas (si estas son
sustentables). El mecanismo de trabajo donde se obtiene dicha activación,
constituye el fortalecimiento de los marcos de acción de las fuerzas sociales
internas, locales. Es así como se lleva a cabo la apropiación por parte de los
actores locales de aquellos elementos de su entorno --tanto genuinamente
locales como genéricamente exteriores-- que les permiten establecer nuevos
cursos de acción. En definitiva, la agroecología como desarrollo
rural sustentable consiste en la búsqueda de lo local para, desde allí, recrear
la heterogeneidad del medio rural, a través de formas de acción social
colectivas.
BIBLIOGRAFÍA
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Recuperado el 2015 de 07 de 29, de El Manso: http://manso.ec/agroecologia/
Altieri, M. (1999). Agroecologia: bases cientificas para una
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Toledo, M. (1990). Modernidad y Ecologia: la nueva crisis planetaria. Ecologia Politica, 9-22.
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