Debido a su vasta extensión, variada topografía y rica biodiversidad,
América Latina y el Caribe presenta la más diversa y compleja gama de sistemas
agropecuarios del mundo. Se han identificado dieciséis sistemas principales
para efectos del presente estudio y éstos se describen brevemente a
continuación. Éstos se resumen en la Tabla 7.1. y se presentan gráficamente en
el mapa correspondiente, a excepción del Sistema de Producción Agropecuaria
Basado en Áreas Urbanas.
Sistema de Producción Agropecuaria con Riego
Este sistema cubre extensas zonas de tierras áridas que se extienden del
norte y centro de México a las áreas costeras y de valles interiores de Perú,
Chile y el Occidente de Argentina. El área total alcanza los 200 m de ha, de
los cuales, apenas 7,5 m de ha se encuentran bajo cultivo, sin embargo, éstas
cuentan en su mayoría con riego. La producción con riego también se da en
muchos otros sistemas de producción, pero siempre en menor grado. No obstante,
el Sistema de Producción Agropecuaria con Riego representa únicamente el 40%
del área total irrigada en la región (18,5 m de ha). La presencia de
infraestructura de riego permite un nivel relativamente alto de intensificación
de la producción -por lo general de orientación comercial- y sustenta a una población
agrícola de aproximadamente 11m. Entre los principales productos del sistema se
incluyen el arroz, algodón, fruta, hortalizas y viñedos. La incidencia de la
pobreza fluctúa entre baja y moderada.
Sistema de Producción Agropecuaria Basado en el Uso
de Recursos Forestales
Situado en la cuenca Amazónica ocupa una extensión aproximada de 600 m
de ha, equivalente a un 30 por ciento de la superficie regional. Este sistema
se caracteriza por presentar una actividad agrícola dispersa realizada por
nativos y por colonos que emplean bajos niveles de insumos, combinada con la
cría extensiva de ganado bovino y cultivos ocasionales- especialmente en los
límites de esta área geográfica. El área cultivada alcanza apenas uno por
ciento del total regional y presenta una irrigación insuficiente. La densidad
poblacional es muy baja y su población agrícola de aproximadamente 11 m
equivale a menos de 0,02 habitantes/ha. La pobreza por lo general fluctúa entre
baja y moderada.
Sistema de Producción Agropecuaria Mixto y de
Plantación Costera
Este sistema cubre 186 m de ha y cuenta con una población agrícola
estimada de 20 m. Existen alrededor de 20 m de ha de tierra cultivada, de las
cuales el 13% cuenta con riego. El sistema ocupa algunas de las tierras
agrícolas más ricas de la región, pero también incluye manglares y áreas
aisladas de bosque tropical. Contiene dos principales subsistemas: (a) fincas
familiares a pequeña escala de agricultura mixta, pesca costera y frecuente
empleo extra-predial (v.g. turismo); y (b) plantaciones comerciales a gran
escala cuya producción se destina a la exportación, por lo general pertenecen a
empresarios extranjeros, y se caracteriza por una producción intensiva y por
presentar altos índices de pobreza entre sus trabajadores. Aparte de esto la
pobreza no es muy generalizada.
Sistema de Producción Agropecuaria Intensivo Mixto
Ubicado al este y centro del Brasil, este sistema mixto de agricultura
intensiva es el núcleo de la agricultura del Brasil y ocupa un estimado de 81 m
de ha con una población agrícola de al rededor de 10 m. Existen aproximadamente
13 m de ha de tierra cultivada, de las cuales un ocho por ciento cuenta con
riego. El café, la horticultura y la fruticultura son rubros importantes. Los
niveles de pobreza son relativamente bajos en este sistema.
Sistema de Producción Agropecuaria Mixto
Cereales-Ganadería (Campos)
La región de Campos presenta una variación en los niveles de humedad y
por lo general también en la calidad del suelo, a diferencia del sistema
intensivo anteriormente descrito. Este sistema, que cubre algo más de 100 m de
ha al sur del Brasil y norte del Uruguay, tiene una población rural aproximada
de 7 m, dedicada en su mayoría a la ganadería y a la producción de arroz.
Existen alrededor de 18 m de ha de tierra cultivada, de las cuales 10% cuenta
con riego. El índice de pobreza fluctúa entre bajo y moderado.
Sistema de Producción Agropecuaria Templado Húmedo
Mixto con Bosque
Este sistema constituye uno de los pocos sistemas de producción
agropecuaria templados de la región y tienen un marcado parecido con Nueva
Zelandia en lo relacionado a su topografía y clima. El sistema ocupa un área
relativamente reducida de 13 m de ha, limitadas a la zona costera del centro de
Chile. Sustenta a una población agrícola algo menor a 1 m y se caracteriza por
la presencia generalizada de bosques naturales y de plantación (más de 1 m de
ha) combinada con la producción lechera, la cría de ganado ovino, la producción
de cultivos como remolacha azucarera, trigo y cebada. El área cultivada alcanza
apenas los 1,6 m de ha, con riego insuficiente. El índice de pobreza por lo
general es bajo.
Sistema de Producción Agropecuaria Maíz-Frijol
(Mesoamericano)
Este sistema se extiende desde el centro de México hasta el Canal de
Panamá. Tiene una población agrícola estimada de 11 m -con un importante
componente indígena - cubre 65 m de ha y se basa histórica y culturalmente en
la producción de el maíz y frijol para la subsistencia. A pesar de que existen
más de 2,4 m de ha irrigadas al interior del sistema (equivale a un 40%, lo que
se constituye en la mayor concentración de riego fuera del sistema de
producción agropecuaria con riego), la pérdida histórica de las mejores tierras
de los valles a manos de colonos no indígenas y empresas comerciales ha tenido
como resultado una pobreza generalizada y extrema así como la degradación de la
tierra en muchas áreas.
Sistema de Producción Agropecuaria Intensivo Mixto
de Montaña (Andes del Norte)
Se extiende a través de 43 m de ha y cuenta con una población agrícola
de cuatro millones. Este sistema contiene dos subsistemas distintos,
generalmente diferenciados por la altitud: (i) valles interandinos bien
desarrollados y laderas bajas - el corazón de la producción cafetalera y
hortícola de los Andes; y (ii) las tierras altas y valles altos donde
predominan los cultivos de clima templado, producción de maíz y porcinos, y
donde hay una cultura indígena firmemente establecida. El área total cultivada
alcanza los 4,4 m de ha de los cuales aproximadamente un 20% cuenta con riego.
La pobreza por lo general es moderada en las áreas más bajas, sin embargo es
generalizada y frecuentemente severa en las zonas altas.
Sistema de Producción Agropecuaria Mixto Extensivo
(Cerrados y Llanos)
Se extiende sobre una enorme área boscosa y de sabana ubicada en el
centro y occidente de Brasil y al este de Colombia, Venezuela y Guyana. Este
sistema cubre una extensión de 23 m de ha y sustenta a una población agrícola
de al rededor de 10 m. Menos del 15% del área está cultivada (31 m de ha) y el
riego es casi inexistente. A pesar de que el desarrollo intensivo de este
sistema de frontera es reciente, es evidente que la región presenta un enorme
potencial para el crecimiento agrícola futuro de cereales y soya, entre otros
cultivos, y de ganadería. El índice de pobreza es relativamente bajo, si bien
se agudiza entre los inmigrantes sin tierra.
Sistema de Producción Agropecuaria Templado Mixto
(Pampas)
Cubre una extensión aproximada de 100 m de ha ubicadas en las zonas
central y oriental de Argentina y Uruguay. Esta zona en principio estaba
dedicada a la ganadería, pero en la actualidad posee más de 20 m de ha bajo
cultivo, si bien el riego es muy limitado. El empuje de este crecimiento se
produjo a partir de la demanda de cultivos como el trigo soya y girasol, así
como de la producción hortícola para Buenos Aires y Montevideo. La población
agrícola se estima en aproximadamente 7 m y se prevé una mayor intensificación
de la producción al interior del sistema. El índice de pobreza es por lo
general bajo.
Tabla 7.1 Principales Sistemas de Producción de
América Latina y El Caribe
|
||||
Sistemas de Producción Agropecuaria
|
Superficie
(% regional) |
Población Agrícola
(% regional) |
Principales Formas de Subsistencia
|
Incidencia de la Pobreza
|
Con
Riego
|
10
|
9
|
Horticultura, fruta, ganadería
|
Bajo-moderada
|
Basado
en el Uso de Recursos forestales
|
30
|
9
|
Agricultura de subsistencia/ganadería bovina
|
Bajo-moderada
|
Mixto y
de Plantación Costera
|
9
|
17
|
Cultivos de exportación/cultivos arbóreos, pesca,
tubérculos, turismo
|
Bajo- generalizada y extrema
(muy variable)
|
Intensivo
Mixto
|
4
|
8
|
Café, horticultura, frutales, empleo
extra-predial
|
Baja
(excepto entre los jornaleros)
|
Mixto
Cereales-Ganadería (Campos)
|
5
|
6
|
Arroz y ganadería
|
Bajo-moderada
|
Templado
Húmedo Mixto con Bosque
|
1
|
1
|
Lechería, ganadería bovina, cereales,
silvicultura, turismo
|
Baja
|
Maíz-Frijol
(Mesoamericano)
|
3
|
10
|
Maíz, frijol, café, horticultura, empleo
extra-predial
|
Generalizada y Extrema
|
Intensivo
Mixto de Montaña (Andes del Norte)
|
2
|
3
|
Vegetales, maíz, café, ganado bovino/ porcino,
cereales, papas, empleo extra-predial
|
Baja-generalizada (especialmente a mayor altitud)
|
Mixto
Extensivo (Cerrados y Llanos)
|
11
|
9
|
Ganadería, semillas de oleaginosas, granos, algo
de café
|
Bajo-moderada (pequeños agricultores)
|
Templado
Mixto (Pampas)
|
5
|
6
|
Ganadería, trigo, soya
|
Baja
|
Seco
Mixto
|
6
|
9
|
Ganadería, maíz, yuca, trabajo asalariado,
migración estacional
|
Generalizada especialmente causada por la sequía
|
Seco
Mixto Extensivo (Gran Chaco)
|
3
|
2
|
Ganadería, algodón, cultivos de subsistencia
|
Moderada
|
Mixto
de Tierras Altas (Andes Centrales)
|
6
|
7
|
Tubérculos, ganado ovino, granos, llamas,
vegetales, empleo extra-predial
|
Generalizada y Extrema
|
Pastoreo
|
3
|
1
|
Ganado bovino, ovino
|
Bajo- Moderada
|
Disperso
(Bosque)
|
1
|
<1
|
Ganado ovino, bovino, silvicultura, turismo
|
Baja
|
Basado
en Areas Urbanas
|
<1
|
3
|
Horticultura, lácteos, avicultura
|
Bajo- Moderada
|
Fuente: Estadísticas de FAO y
apreciación de expertos
Nota: La incidencia de la pobreza se refiere al número de personas afectadas por la misma, y es una evaluación relativa para la región. |
Sistema de Producción Agropecuaria Seco Mixto
Debido a su ubicación cerca de la costa nororiental de Brasil y en la
Península de Yucatán en México, este gran sistema cubre al rededor de 130 m de
ha tiene una estructura económica y productiva firmemente establecida y
sustenta a una población agrícola de 10 m; sin embargo, enfrenta severas
limitaciones en cuanto a humedad y calidad de suelo. A pesar de la incidencia
frecuente de sequías, menos del 2% de los casi 18 m de ha cultivadas cuenta con
riego. Este sistema presenta un índice de pobreza crónico y severo entre los
productores a pequeña escala, que coexisten junto a fincas ganaderas a gran
escala y cuya supervivencia por lo general depende de la migración estacional y
del trabajo asalariado. La degradación de la tierra es un serio problema.
Sistema de Producción Agropecuaria Seco Mixto
Extensivo (Gran Chaco)
Este sistema de 70 m de ha, que se extiende desde el norte y centro de
Argentina, a través de Paraguay y al este de Bolivia, presenta un desarrollo
económico reciente y una población rural de menos de dos millones. El área
total cultivada se estima en menos de 8 m de ha y el riego es incipiente. Sin
embargo, a diferencia de las áreas de Cerrados y Llanos, el potencial de
crecimiento del Gran Chaco está fuertemente limitado por el tipo de suelo y el
grado de humedad. El índice de pobreza es significativo entre los pequeños
colonos.
Sistema de Producción Agropecuaria Mixto de Tierras
Altas (Andes Centrales)
Este sistema cubre 120 m de ha y sustenta a una población agrícola de
más de 7 m y está dividido en dos subsistemas distintos. En el Perú el sistema
ocupa valles accidentados de la Sierra alta, mientras que desde la zona
meridional del Perú, atravesando por el occidente de Bolivia hasta las áreas
septentrionales de Chile y Argentina, predomina el Altiplano. Las principales
características de la zona son la producción a una altitud mayor a 3 200 m, la
dependencia en granos nativos, papa, los ovinos y llamas son también rubros
importantes, además posee un importante componente indígena.. En donde la
altura y la humedad lo permiten, se producen los mismos cultivos de clima
templado que en el Norte de los Andes. Más de un tercio del área total
cultivada de 3,1 m de ha cuenta con riego. La pobreza es generalizada y muy
severa en este sistema.
Sistema de Producción Agropecuaria de Pastoreo
Las Pampas se hacen más secas y frías a medida que se extienden hacia el
sur; finalmente se fusionan con las escasamente pobladas planicies de la
Patagonia; cubre 67 m de ha. En este territorio la única actividad agropecuaria
es la ganadería bovina y ovina. El área cultivada es mínima y el sistema carece
de riego. El índice de pobreza fluctúa entre bajo y moderado, entre la población
agrícola que alcanza aproximadamente a menos de un millón.
Sistema de Producción Agropecuaria Disperso
(Bosque)
Situado al sur de los Andes. La combinación de bajas temperaturas y
altitudes cada vez mayores provocan que los cultivos sean por lo general
submarginales. La población agrícola de menos de un cuarto de millón
(aproximadamente 150 ha por habitante) depende en gran medida de los ingresos
provenientes de la ganadería, recursos forestales y turismo y se cultiva menos
del 0,5% del área regional. El índice de pobreza fluctúa entre bajo y moderado,
esto refleja la baja densidad poblacional.
Sistema de Producción Agropecuaria Basado en Áreas
Urbanas
Así como el resto de regiones del mundo, se han desarrollado sistemas
agrícolas peri-urbanos e intra-urbanos específicos, a fin de proveer a
las redes y centros urbanos en toda la región. Se enfoca en el cultivo de
productos perecibles con altos niveles de demanda y cuyos requerimientos de
espacios son limitados, estos sistemas basados en áreas urbanas se caracterizan
por incluir la horticultura, avicultura y producción lechera; sin embargo, el
ingreso extra-predial es frecuente y parte integral de la unidad familiar,
puesto que varios miembros se dedican a la agricultura a medio tiempo. Un
estimado del tres por ciento de la población agrícola vive al interior de este
sistema.
TENDENCIAS A ESCALA REGIONAL PARA
AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE
La siguiente sección resume las tendencias regionales haciendo
referencia, en donde sea apropiado, a la posición de la región frente al resto
de países en desarrollo12. Después de esbozar
las proyecciones seleccionadas con relación a la población, hambre y pobreza,
la siguiente sección presenta algunas tendencias clave que afectan a los
sistemas de producción agropecuaria de la región en las áreas de: (i) recursos
naturales y clima; (ii) ciencia y tecnología; (iii) liberalización del comercio
y desarrollo de mercado; (iv) políticas, instituciones y servicios públicos; y
(v) información y capital humano.
Población, hambre y pobreza
Se prevé que la población incrementará en un 40% durante el período
2000-2030 hasta alcanzar los 725 m13. Esta cifra es menor
que la tasa del 47% estimada para la totalidad de los países en desarrollo,
pero mayor que, por ejemplo, para el Asia Oriental. De hecho, la tasa de
crecimiento poblacional de la región ha descendido dramáticamente en los
últimos 40 años, de 2,8% anual en la década de 1960 a aproximadamente 1,6% en
la década de 1990. El porcentaje de la población total que vive en áreas rurales14 probablemente
disminuirá de 25 a 17% durante los próximos 30 años, lo que significará que la
población rural al nivel regional será apenas inferior a la actual (de 128 a
121 millones); sin embargo, se proyectan importantes cambios al nivel subregional.
Se piensa en general que los países más pobres mantendrán altos niveles de
crecimiento poblacional, lo que tendrá como resultado un incremento absoluto de
la población rural en América Central, Bolivia, Paraguay y Haití. Por otra
parte, países como Argentina y Brasil tendrán un descenso en la población rural
del 20% o más. En general, en los países con un incremento poblacional
proyectado en un 50% o más hasta el año 2030 presentarán un incremento en la
población rural.
Se prevé que, durante el período 2000-2030, la ingesta diaria promedio
de nutrientes per cápita aumentará en un 10%, de 2 791 a 3 080 calorías, lo que
situará a la ingesta promedio de la LAC por sobre el promedio de los países en
desarrollo hasta el 2030. Este incremento en la ingesta de calorías provendrá
principalmente del consumo de productos cárnicos y aceites vegetales (33% por
rubro), productos lácteos (18%). Se espera un descenso en el consumo de raíces
y tubérculos. Se proyecta que el número de personas afectadas por la desnutrición
-que en la actualidad alcanza los 53 m- disminuirá a 32 m para el 2030. Esto
representa un descenso del 11% de la población al 5%; no obstante, equivale
únicamente a la mitad de la meta internacional actual.
Recursos naturales y clima
La tierra cultivada se ha expandido en un 47% desde 1961, no obstante,
la intensidad de cultivo incrementó en apenas el 1% durante este período. Se
proyecta que en el período 2000-2030 ésta experimente un incremento adicional
del 20% (dependiendo de la evolución de los sistemas de producción
agropecuaria); un tercio de la tendencia histórica de 40 años del 1,76% anual.
No obstante, esta cifra puede estar subestimada, en vista del enorme potencial
para la expansión agrícola en las zonas de los Cerrados, Llanos, Gran Chaco y en
la Cuenca del Amazonas15.
Se prevé además que el área irrigada incrementará de 18 m a 22 m de ha
durante el período 2000-2030, pero que se mantendrá constante en términos
relativos en un 14%16 del área
cultivada. La eficiencia de riego es baja, y se piensa que únicamente 8,5 m de
ha del área instalada está en uso. El riego superficial representa
aproximadamente el 90% del total de áreas irrigadas. Durante el período
2000-2030 se prevé únicamente incrementos leves en el uso del recurso hídrico y
en su eficiencia de empleo.
Durante el decenio de 1982/1984 -1992/1994 el incremento del área
dedicada al pastoreo alcanzó un total del 3% en América del Sur y 6,2% en
América Central hasta alcanzar los 600 m de ha17. Las tierras de
pastizales en Guatemala experimentaron un incremento sorprendente del 65%
(aunque su base inicial fue muy reducida) hasta alcanzar los 2,6 m de ha. Para
fines de la década de 1980, la tasa de deforestación se estimó en 7,4 m de ha
anuales, lo que equivale a un 0,8% anual18. Esta tasa parece
haber disminuido desde entonces en América del Sur pero parece haberse agravado
en América Central -a 1,3% anual.
Las experiencias recientes demuestran cuan vulnerables son extensas
zonas de la región a la variabilidad climática, incluyendo a la incidencia de
huracanes en América Central, a las inundaciones y pérdidas de las pesquerías
en la costa del Pacífico en América del Sur y a la sequía en el Noreste del
Brasil. Los cambios climáticos descritos en el capítulo 1 muy probablemente
exacerbarán estos riesgos e incluso podrían reducir los rendimientos
potenciales. No obstante, es todavía imposible predecir los impactos
específicos que tendrán lugar en diferentes regiones geográficas con algún
grado de exactitud, debido a que la influencia del cambio climático no es
uniforme.
Ciencia y tecnología
En los últimos 20 años el valor de la producción agrícola regional ha
experimentado un incremento del 2,8% anual. No obstante, debido al descenso en
el crecimiento poblacional total que ha tenido lugar y a la baja elasticidad de
los ingresos de la demanda, el incremento en la demanda de alimentos y materias
primas ha venido disminuyendo en los últimos años y se estima que durante los
próximos 30 años alcanzará apenas el 2,4% anual. La Tabla 7.2 presenta la tasa de
crecimiento histórico de los principales cultivos de la región. Los principales
cereales han experimentado un fuerte incremento en los últimos 30 años -casi en
su totalidad debido al incremento de los rendimientos- y la región en la
actualidad aporta con más de un cuarto del total de la producción de maíz de
los países en desarrollo. Se prevé que la producción de cereales continuará
expandiéndose, si bien a un ritmo más lento que en las últimas décadas. La
producción de fruta y vegetales también ha experimentado un fuerte crecimiento;
el área dedicada al cultivo de fruta se ha expandido a un ritmo más acelerado
que cualquier otra categoría de cultivos en este período.
Tabla 7.2. Tendencias en el Area Cultivada,
Rendimiento y Producción en América Latina y el Caribe, 1970-2000
|
||||||
Cultivo
|
Área Cultivada
|
Rendimiento 2000
|
Producción
2000
|
Promedio de Cambio Anual
1970-2000 (%)
|
||
|
2000 (m ha)
|
(t/ha)
|
(m toneladas)
|
Area
|
Rendimiento
|
Producción
|
Trigo
|
9
|
2,7
|
24
|
0,4
|
2,1
|
2,5
|
Arroz
|
6
|
3,6
|
23
|
-0,1
|
2,3
|
2,2
|
Maíz
|
28
|
2,7
|
76
|
0,3
|
2,1
|
2,3
|
Raíces
y Tubérculos
|
4
|
12,6
|
53
|
-0,1
|
0,4
|
0,2
|
Cultivos
oleaginosos
|
32
|
0,5
|
16
|
3,1
|
2,4
|
5,7
|
Fibras
|
2
|
0,7
|
2
|
-3,8
|
2,8
|
-1,1
|
Vegetales
|
2
|
14,2
|
32
|
1,3
|
1,8
|
3,3
|
Fruta
|
7
|
14,2
|
99
|
2,8
|
0,1
|
2,8
|
Fuente: FAOSTAT
|
La siguiente categoría de cultivos que se destacan en cuanto a su
desempeño, no obstante, ha sido los cultivos oleaginosos, especialmente la soya
y el girasol. La producción de cultivos oleaginosos ha aumentado de 3 m de t
anuales en 1970 a aproximadamente 16 m de t en el 2000 -una tasa de crecimiento
de aproximadamente 6% anual. Desde 1961 más de tres cuartos de crecimiento
registrado en los países de desarrollo en su conjunto para la producción de
soya y más del 40% del incremento registrado en la producción mundial provino
de la región. Se prevé que el incremento en la producción continúe hasta el
2030. Entre las principales categorías de cultivos, únicamente las fibras
(principalmente el algodón) han presentado una disminución absoluta -a pesar de
los incrementos significativos registrados en el rendimiento- pero se proyecta
que esta tendencia se revertirá en las próximas décadas.
El crecimiento de la producción global de cultivos se proyecta para el
2030 en 1,7% anual. El importante incremento en el área cultivada que se prevé
estará asociado con un lento aumento en la intensificación de la producción
-únicamente un incremento del 11% hasta el 2030. Durante el período 2000-2030
se prevé que el rendimiento promedio de los cultivos experimentará un
incremento apenas inferior al 50%, lo que refleja una mayor expansión del área
cultivada comparada con otras regiones.
La región alberga a una población de 356 m de cabezas de ganado bovino,
lo que constituye el 26% del total registrado para los países en desarrollo, y
ha experimentado un incremento del 1,6% anual en las últimas tres décadas, lo
que constituye un ritmo más acelerado en relación al conjunto de los países en
desarrollo. En comparación, el ritmo del incremento que se ha registrado para
otras especies ha sido menor. Sin embrago, la tasa de crecimiento para las
especies en su conjunto ha descendido en el último decenio. Se proyecta que la
población bovina crecerá en un 0,9% anual hasta el 2030. Mientras que la
población ovina y caprina crecerá en un 0,7% anual. El número de porcinos y
aves de corral probablemente crecerá en un 0,9 y 1,6% anual, respectivamente.
Tabla 7.3 Tendencias de la Población Ganadera y
Producción en América Latina y el Caribe, 1970-2000
|
||
Especie
|
Millones de Cabezas 2000
|
Promedio de Cambio Anual 1970-2000 (%)
|
Bovinos
|
356
|
1,6
|
Rumiantes
menores
|
119
|
-0,8
|
Porcinos
|
75
|
0,6
|
Aves de
Corral
|
2 396
|
4,9
|
Producto
|
Producción 2000 (millones de t)
|
Promedio de Cambio Anual (%)
|
Total
Productos Cárnicos
|
31
|
3,5
|
Total
Leche
|
60
|
2,9
|
Total
Lana
|
0,2
|
-2,0
|
Total
Huevos
|
5
|
4,3
|
Fuente: FAOSTAT
|
En el período 1970-1990 la productividad laboral agrícola incrementó en
aproximadamente 2% anual, a diferencia de los promedios registrados para los
países en desarrollo que se ubicaron en 3,5 y 4,5%19. El lento incremento
que ha tenido lugar en la productividad laboral en la región refleja únicamente
en parte la abundancia de tierra. Las tasas de crecimiento han sido
particularmente bajas en áreas como los Andes y América Central, en donde
existe una concentración más elevada de pequeños agricultores.
Durante la última década el consumo de fertilizantes se ha expandido a
un ritmo del 2,1% anual hasta alcanzar los 88 kg./ha de nutrientes; lo que se
ubica cerca de la tasa promedio para los países en desarrollo, tomados en su
conjunto20. Se proyecta que el ritmo de incremento en el uso
de fertilizantes será lento hasta el 2030 -se ubicará aproximadamente en 1%
anual.
Liberalización del comercio y desarrollo de mercado
El promedio de los aranceles agrícolas en 1995 (entre 10 y 20%) eran
considerablemente menores que durante los diez años precedentes (20 a 60%). Sin
embargo, la posición de los diferentes países y productos varía
considerablemente. Actualmente la región es responsable por un porcentaje
significativo del comercio mundial en una serie de productos especializados,
incluyendo: café (Brasil, Colombia, América Central), jugo de naranja (Brasil);
banano (Ecuador, Honduras, Costa Rica); uvas y frutas de clima templado
producidas fuera de temporada (Chile); vegetales (México); flores (Colombia,
Ecuador); piñas (Costa Rica, Guyana); y camarón (Ecuador, Honduras). Se prevé
un fuerte crecimiento de productos que en la actualidad son significativos en
los países industrializados, debido al incremento de los costos de tierra y
laborales (azúcar, algodón, jugos cítricos, vegetales), o debido a costos medio
ambientales considerados demasiado altos (cerdos, hongos y posiblemente aves).
Durante el periodo 1995-1997, la región presentó un déficit comercial
neto anual de cereales de 16 m de t y se prevé que esta cifra se duplicará para
el 2030; así como, el descenso en la autosuficiencia del 90 al 87%. No obstante
es la única región en desarrollo con una tasa de comercio neto positiva de
ganado bovino (874 000 t anuales y las exportaciones ganaderas se prevé que se
triplicarán hasta el 2030, a diferencia de otras regiones en desarrollo). Se
proyecta que las importaciones netas que se registran en la actualidad en 6,3 m
de t de los productos lácteos, incrementarán hasta el 2030, incremento que se
dará de manera paralela con el incremento poblacional.
La transición hacia el mercado libre que ha tenido lugar en las últimas
décadas del siglo veinte, ha liberado los mercados laborales rurales de América
Latina de una serie de limitantes (en menor proporción el Caribe). Por
consiguiente, el aporte de ingresos extra-prediales en la subsistencia de los
hogares agropecuarios más pobres ha venido incrementando, se prevé que esta
tendencia continuará hasta el 2030. En sistemas de producción más densamente
poblados, los miembros del hogar agropecuario trabajan en el área local,
mientras que en áreas extremadamente pobres y geográficamente aisladas los
agricultores frecuentemente se ven forzados a migrar de manera estacional en
busca de trabajo.
Existe la posibilidad de revertir la liberalización del comercio, en
cuyo caso los países enfocarían las políticas agrícolas y alimentarias al apoyo
de la autosuficiencia, incluyendo al establecimiento de altas barreras
comerciales para cereales y otros productos básicos. La incorporación de nuevas
tierras a la frontera agrícola, que en gran medida responde a la liberalización
de los mercados, podría disminuir o incluso revertirse. El abandono de la producción
de rubros básicos -por parte de los productores a pequeña escala en sistemas
afectados por la pobreza- también sería incierto, debido a que los precios
locales para estos productos probablemente aumentarán. Por otro lado, si la
liberalización del comercio se acelera, la aplicación de ajustes en los
sistemas de producción agropecuaria, podría ser incluso más difícil, el índice
de pobreza aumentaría rápidamente y la migración externa hacia áreas urbanas
podría acelerarse aún más. De hecho, las cifras de pobreza sugieren que éste ha
sido el caso desde mediados de la década de 1990. No obstante, una mayor
liberalización del comercio podría incentivar el desarrollo de tierras de
frontera y acelerar cambios en los patrones de cultivo hacia productos que todavía
cuentan con protección en los países industrializados, como son caña de azúcar,
algodón, jugo de naranja y tabaco.
Políticas, instituciones y bienes públicos
En ninguno de los países en desarrollo la lógica del ajuste estructural
y de la liberalización económica se ha aplicado tan rápidamente y de manera más
profunda que en América Latina. Comenzando con Chile en la década de 1970, la
región han sido testigo de la privatización de grandes áreas de las economías
nacionales, previamente bajo control estatal; incluyendo banca,
telecomunicaciones, energía, transporte y de especial importancia en esta
región, la comercialización y finanzas agrícolas. Los ministerios de
agricultura de muchos países -anteriormente se constituían en una enorme
aparato burocrático que empleaba varios miles de personas- experimentaron
recortes drásticos. Los servicios del sector como extensión e investigación
también experimentaron recortes significativos. En teoría tales reducciones
debieron haber sido contrarrestadas por el incremento de las funciones del
sector privado. Sin embargo, únicamente aquellos productos asociados con rubros
básicos internacionales de importancia, como el banano, café y cítricos han
conseguido atraer a la investigación y desarrollo dirigidas por el sector privado.
Los cultivos de interés únicamente para los pequeños productores o que no
cuentan con una demanda extra-regional significativa han conseguido muy poco
apoyo por parte del sector privado. Si bien, varias agencias internacionales21 han mantenido
programas relacionados con cultivos básicos -en especial yuca y papa.
Es poco probable que la tendencia hacia la reducción de la participación
del sector público en el área agrícola sea revertida en breve, puesto que los
limitantes presupuestarios reducen la capacidad de los gobiernos de asumir los
enormes costos recurrentes -y en consecuencia los déficits fiscales- que una
vez fueron aceptados. No obstante dos factores pueden facilitar la situación a
futuro. El primero es la transición probable de muchos pequeños productores
hacia la producción de cultivos de exportación y orientados al mercado, en
donde el sector privado tiene mayor interés. El segundo es la creciente
evidencia de que existen posibilidades para establecer alianzas estratégicas
público-privadas eficientes, para la provisión de servicios de apoyo agrícola.
Una segunda tendencia también importante que ha surgido en las últimas
décadas del siglo veinte es la descentralización. Intimamente relacionada con
el proceso de ajuste estructural, la descentralización frecuentemente se ha
utilizado primordialmente como una forma de transferir las responsabilidades
fiscales a los niveles locales o regionales de gobierno. Sin embargo, el
proceso de descentralización podría influir fuertemente en el patrón del desarrollo
rural de la región, al transferir la toma de decisiones a niveles más cercanos
a los habitantes rurales pobres y al afectar el suministro y financiamiento de
servicios a los productores. También requerirá de un fortalecimiento
considerable de los gobiernos locales y de la capacidad, al nivel de la
comunidad, de planificar, implementar y ejercer control financiero.
Es difícil predecir si la tendencia hacia la descentralización se
mantendrá durante los próximos tres decenios. Una descentralización real
implica la reducción considerable del poder al nivel del gobierno central y
puede enfrentar resistencia por parte de las estructuras de poder existentes,
cuando es obvio que el proceso es algo más que una operación superficial. Las
elites locales también pueden captar un alto porcentaje de los beneficios, lo
que hace que la descentralización no sea efectiva.
Información y capital humano
La región de América Latina y el Caribe enfrenta muchos desafíos
similares con respecto a la información y capital humano que al resto de
regiones en desarrollo -tal vez aún más debido a que la región presentan una
orientación al mercado. Los requerimientos de mercado son más demandantes, las
tecnologías están cambiando rápidamente y el desarrollo de las habilidades se hace
cada vez más imprescindible. Históricamente, una alta proporción de los
recursos se ha destinado a la educación secundaria y superior, lo que ha
beneficiado en gran medida a las poblaciones urbanas de mayores ingresos. Por
el contrario, la educación primaria rural, las comunicaciones y los servicios
de información han sido deficientes o completamente inexistentes. No obstante,
en las últimas tres décadas se ha dado una mejora significativa en los logros
educativos en muchas áreas rurales y el porcentaje de alfabetismo ha alcanzado
un incremento notable, si bien los presupuestos educativos rurales todavía son
extremadamente limitados.
El proceso de transición que ha traído consigo la globalización afectará
negativamente a los pequeños agricultores que no estén preparados para
responder a los cambios. La concienciación de esto último ha empezado a influir
en las prioridades educativas y de información al nivel nacional. De hecho la
privatización de las telecomunicaciones probablemente ha contribuido a expandir
las redes de información hacia las áreas rurales, más que cualquier otra
decisión de políticas que se haya llevado a cabo en los últimos años. La
provisión de energía eléctrica privatizada también ha acelerado la dotación de
este servicio a las áreas rurales, y este es un factor previo para el
establecimiento de muchos otros servicios modernos. Es probable que los
sistemas de producción agropecuaria que cuentan con mas recursos económicos,
como el Sistema de Producción Agropecuaria intensivo Mixto de Brasil, sean los
primeros en beneficiarse de las nuevas tecnologías de información, pero todavía
es incierto si éstas alcanzarán a los hogares agropecuarios más pobres en
Guatemala, Haití o Bolivia en las próximas décadas.
Selección de los sistemas de producción
agropecuaria
Se han seleccionado cuatro de los sistemas de producción agropecuaria
esbozados en la sección anterior, para un análisis más profundo, empleando
criterios basados en la incidencia de la pobreza, población, y el potencial de
crecimiento agrícola.
Al interior de la región existen tres sistemas de producción
agropecuaria asociados directamente con la pobreza generalizada y
frecuentemente extrema:
- Sistema
de Producción Agropecuaria Seco Mixto del Noreste de Brasil y Yucatán;
- Sistema
de Producción Agropecuaria Maíz-Frijol de Mesoamérica; y
- Sistema
de Producción Agropecuaria Mixto de Tierras Altas de los Andes Centrales.
- Se
ha seleccionado un sistema de producción agropecuaria adicional pues
representa una de las últimas fronteras agrícolas de mayor extensión de
las regiones en desarrollo:
- Sistema
de Producción Agropecuaria Mixto Extensivo de los Cerrados y Llanos.
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